
Por Benjamín Reyes
Juanma Bajo Ulloa (Vitoria Gazteiz, 1967) no deja a nadie indiferente. Su discurso, tanto cinematográfico como hablado es singular. Se dio a conocer con El reino de Víctor, primer cortometraje que ganó un Goya. En el largometraje sorprendió con un fulgurante debut con Alas de mariposa (Concha de Oro en San Sebastián), a la que siguió la exquisita La madre muerta. Luego vino el tremebundo éxito comercial de Airbag. Después se dedicó a otros menesteres: videoclips, publicidad, teatro o zarzuelas. Ahora, tras su paso por el festival Isla Calavera, Baby se estrena el 18 de diciembre en salas comerciales.
– ¿Por qué ha decidido prescindir de diálogos en Baby?
“La película ha ido hablando por sí sola. El público tiene la ocasión de ir siguiendo una narración sencilla hasta la caída al abismo de una persona, que intenta renacer para solucionar el error que cometió. Luego, la película tiene otra capa en la que uno puede sumergirse en un mundo de simbolismos que permitirá el debate entre los espectadores. Tengo una concepción universal del cine: la luz, el silencio, la música. La película es un homenaje al cine con mayúsculas”.
– Películas como Baby, la húngara Hukkle o la finlandesa Juha, que carecen de diálogos, van a contracorriente del cine del siglo XXI.
“No considero que Baby sea cine de arte y ensayo. El espectador verá una historia de suspense narrativamente sencilla. Va a contracorriente del audiovisual que pretende adoctrinar y donde todo está mascado. No me interesa el cine bulímico: que lo ves y lo vomitas”.
– La banda sonora de Koldo Uriarte y Bingen Mendizábal juega un papel crucial.
“En realidad todos los elementos de la película desempeñar una labor fundamental. Desde el vestuario a la iluminación, pasando por el sonido, el maquillaje o el decorado, que es 100% artesanal. Los músicos estaban trabajando en la banda sonora desde que empecé a rodar. Ha sido un proceso de conjunto que se prolongó un año. Trataban de encontrar la atmósfera de la película».
– Alas de mariposa, La madre muerta, Baby, ¿le obsesiona la maternidad mancillada?
“La maternidad es el potencial de crear vida. Algo fascinante. En mí hay un complejo de no poder engendrar vida. Cualquiera puede crear, pero solo las mujeres pueden crear vida. Lo cual conecta con el concepto de madre naturaleza, que es de lo que habla realmente esta película”.
– Supongo, que por eso solo aparecen mujeres en pantalla.
“Sí, es un universo puramente femenino”.

– Acaba de estar en Estonia y Egipto. ¿Cómo ha recibido el filme este público tan diferente al español?
“He llegado a la conclusión de que el cine es el lenguaje universal. La respuesta del público de Estonia y de Egipto ha sido unánime. Se han conmovido con una película que se dirige al subconsciente. El público sueña con imágenes generadas por la película”.
– Gozó de prestigio crítico con Alas de mariposa y del éxito de público con Airbag. Sin embargo, en Frágil mostraba su desencanto con el mundo del cine. ¿Qué le pasó?
“Al mundo del cine no le gusta que hables mal del cine. En realidad en Frágil el cine era únicamente una herramienta narrativa y metafórica. Pero la historia habla realmente sobre las relaciones entre las personas y su vulnerabilidad. Cuenta la historia de alguien que mata a su padre. Se medita sobre las consecuencias de la falta de amor a uno mismo, sobre la inocencia y la honestidad. Sobre el temor que la verdad nos genera, porque nos exige responsabilidades”.
– Por el camino se han quedado algunos proyectos como Capitán Trueno.
“Me hubiera gustado mucho haber rodado Capitán Trueno o El Manso. No conseguir levantar Capitán Trueno me demostró que ese tipo de películas no se pueden rodar en España, porque aquí la industria siempre ha estado supeditada a grandes intereses y determinadas familias. Priman más las relaciones públicas que el mérito. Por ejemplo, Tinieblas González se ha tenido que marchar de España. Francia ama su cultura, España usa su cultura”.
-Tras mucho tiempo sin rodar un largometraje de ficción, presentó Rey gitano. ¿A qué se debió ese paréntesis de 10 años?
“No hubo tal paréntesis, en ese tiempo he realizado documentales, video clips, publicidad, teatro o zarzuelas, y produje el disco Cinema. También trabajé en proyectos de cine de ficción que no se han rodado finalmente. Sin embargo, sí se ha agravado la situación para las producciones independientes lo que dificulta de un modo extremo la libertad creativa. Eso ha provocado que no rodara ficción durante una década”.
– Hasta Baby.
“Sí, ha sido un proyecto que me ha costado casi 4 años poner en pie, y en el que he puesto mi alma. Mi cine es muy personal y contar mis propias historias implica un proceso doloroso”.
