
Ayer jueves, a las 19h. en TEA Tenerife Espacio de las Artes daba comienzo la VI edición de Tenerife Shorts, festival liderado por José Cabrera Betancort y que en sus ediciones anteriores se ha caracterizado por una programación exquisita y ambiciosa en la que concentrar los mejores trabajos exhibidos en los festivales más prestigiosos del mundo. Para esta nueva entrega, Tenerife Shorts cuenta con un total de 23 cortometrajes seleccionados, realizados en veintisiete países distintos, y trece de ellos proyectados por primera vez en España. La jornada del jueves reunió a los cortometrajes de la sección canaria, formada por algunos de los cineastas más atrayentes del panorama insular, así como a una proyección especial, “En Busca del Oscar”, esperado largometraje de Octavio Guerra, quien ya estuviera en el festival en su segunda edición con su cortometraje “La Máquina de los Rusos”.
La sesión se abrió con el cortometraje de apertura, “Fry Day”, dirigido por Laura Moss y protagonizado por Jordyn DiNatale. Ambientado en 1989, el corto supone una interesantísima reflexión sobre la desprotección de las mujeres en nuestra sociedad. Tomando como referencia el caso de Ted Bundy y situando la acción en la víspera de su ejecución, la cinta nos avisa de que los crímenes de este asesino en serie no eran una aberración de la sociedad, sino el fruto de ella, de una cultura en la que la violencia hacia las mujeres es algo cotidiano y aceptado (“vestida así se te van a comer, niña” le dice uno de los personajes a la protagonista, pese a que ésta no lleva ninguna ropa especialmente reveladora). Moss narra la historia sin grandes subrayados dramáticos, más bien todo lo contrario, con un pulso tranquilo y cercano, pero sabiendo generar de manera creciente una sensación de alarma y amenaza.
Tras esta breve, pero prometedor arranque, la jornada dio paso a la presentación de los cinco cortometrajes canarios seleccionados: “El Ángel Caído” de Miguel Morales, “El Mar Inmóvil” de Macu Machín, “En esas Tierras” de Nayra Sanz, “La Muñeca Rota” de Daniel León Lacave y “Las Otras Camas” de Jonay García. De este conjunto los tres primeros se ajustan al formato de no ficción, mientras que las dos últimas propuestas recorren un espacio narrativo. Resulta llamativo como en todos ellos juega un papel tan determinante el espacio geográfico y la forma en que éste se convierte en contenedor de un discurso histórico y social.
Con “El Ángel Caído”, Miguel Morales aborda una mirada crítica a la permanencia de altares del franquismo en Tenerife y cómo, lejos de ser ocultados, siguen ejerciendo un papel determinante en las visitas turísticas a la isla. Empleando principalmente material de archivo y jugando con el valor referencial de la música, el corto establece un vínculo directo entre el significado originario de estos monumentos y cómo gracias a ellos, la transición sigue sin completarse a día de hoy.
Por su parte, Macu Machín, con “El Mar Inmóvil”, se adentra también en la intrahistoria de las islas a través de las salinas de Lanzarote. Construido más a través del proceso de observación y edición de las imágenes que por las declaraciones de los entrevistados, el cortometraje crea así un espacio metafísico, donde el valor de estas montañas blancas de sal, extraídas del mar en una isla seca, adquiere valores paisajísticos, turísticos, sociales y hasta poéticos bajo la mirada de la directora.
En “En esas Tierras”, Nayra Sanz nos proporciona otra mirada reflexiva a la historia y la sociedad actual a partir de algo tan aparentemente trivial como un campo de limoneros. La labor de los jornaleros (muchos de origen árabe) despierta un eco histórico que nos retrotrae a la llegada de esta fruta, al igual que el olivo y otras a nuestro país con la invasión musulmana en el siglo VIII. Al igual que Macu Machín y, en cierta forma, Miguel Morales, Sanz construye un discurso en base a las múltiples implicaciones que acarrean las imágenes de la película, desde la recolecta de los limones, un templo en ruinas o algunas pinturas prerrománicas.
Para Daniel León Lacave, en un cortometraje con tan poco diálogo (y además en chino sin subtítulos) como el que tiene “La Muñeca Rota”, la narración la aporta en gran medida el espacio, ya sea de la fábrica donde trabaja la niña protagonista, como su casa. En ambos impera la frialdad, la falta de comunicación, el sentimiento de esclavitud. El único componente emotivo, humano, radica en esa muñeca que abre la única trampilla hacia la niñez en la dura realidad de la niña protagonista. Fiel a su discurso social, León Lacave no deja demasiado espacio a la esperanza, ni para la redención.
La sesión de cortos se cerró con “Las Otras Camas”, apuesta de Jonay García por una temática desconocida y tabú como son los derechos afectivo-sexuales de las personas con discapacidad, cuya situación les impide una interacción social o satisfacerse a sí mismos sus necesidades físicas. Jonay aborda este tema desde la perspectiva de una terapeuta sexual, ofreciendo en todo momento una mirada respetuosa, elegante, emotiva y en absoluto morbosa de esta realidad que también debe desarrollarse en espacios cerrados, secretos, por lo que las localizaciones se convierten en espacios de liberación de una sociedad que prefiere no ver.

La segunda sesión de la jornada estuvo dedicada al largometraje “En Busca del Oscar”, largometraje de Octavio Guerra que se presentaba en Tenerife después de su paso por la Berlinale, BAFICI (Festival Internacional de Cine de Buenos Aires) y por el Festival de Gijón. La expectativa sobre esta película era muy grande, tras años oyendo hablar de ella y tras las excelentes críticas obtenidas tras su exhibición en el extranjero. La cinta, un documental que incluye también algunos elementos de recreación y de ficción, sigue la estela de Óscar Peyrou, el crítico de cine y presidente de la Asociación Española de la Prensa Cinematográfica, quien tiene el particularismo de valorar las películas no por su visionado, sino a partir de la información que le aportan elementos externos como el propio cartel. Con una primera parte desternillante, donde el absurdo del personaje genera una mirada crítica al mundo de los festivales, repletos de hipocresía, petulancia y celebraciones vacías, la cinta se aproxima de manera paulatina al interior de su protagonista, de su historia personal, adquiriendo un creciente valor dramático y donde toda esa fachada cínica se transmuta en dolor enterrado. La puesta en escena de Guerra va así enfatizando la soledad del personaje, a través de grandes planos generales, donde la figura de Óscar queda engullida por el espacio hasta casi desaparecer en él.
Las dos proyecciones inaugurales, junto con ese primer bloque de cortos a concurso dentro de la sección canaria suponen un arranque espectacular y acorde con la reputación de José Cabrera Betancort y su equipo. Nos quedan por delante tres días verdaderamente prometedores repletos de buen cine en formato corto.
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Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de La Laguna, ejerce como crítico de cine en el blog Adivinaquienvienealcine.com y como director y presentador del programa Días de Radio de Canarias Radio, además de colaborar en radio (Radio Candelaria, Gente Radio, Canal 4 Radio), prensa (Diario de Avisos) y en el magacín digital Elblogoferoz.com. Desde 2007 forma parte del equipo organizativo del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife, Fimucité, donde desde 2013, es el responsable de la sección a concurso Fimucinema.