El Festivalito inaugura su laboratorio de cine

Tommy Llorens emociona al público con su ópera prima «Ecos»

La segunda jornada del certamen palmero se inició con una nueva sección: Festivalito Lab, que se desarrolló en el vetusto teatro Monterrey de El Paso. A imagen y semejanza del MiradasDoc Market o el MECAS del LPAFilm surge este espacio de encuentro para el gremio del cine en Canarias.

        La sesión matutina se inició con un encuentro en el que cuatro productoras de cine compartieron sus experiencias: Sueca Films (artífices de “Lobster Soup”), Quatre Films (“Un blues para Teherán”), Calibrando Producciones (“En busca del Óscar”) y Kung-fu Brothers (“Apocalipsis Voodoo”).  

A continuación se celebró el encuentro “Cineasta busca productora” en el que ocho directores presentaron sus proyectos cinematográficos. Entre ellos, el grancanario Adrián León Arocha, presentó un nuevo capítulo de su serie “Norte, Sur, Este y Oeste”, protagonizada por conocidos cantantes de música urbana. Por su parte, Francisco José Saavedra presentó el proyecto “La fuerza de la tierra”, una serie de corte histórico. Asimismo, Carolina Montesdeoca, presentó su proyecto de documental “Dolores”, sobre “la loca del pueblo” de la localidad grancanaria La Aldea.

Un momento del Festivalito Lab

        Tras las intervención institucional de Natacha Mora, en representación de Canary Island Films, en la que hizo un repaso a las ayudas del Gobierno de Canarias en el sector audiovisual, se presentaron las nuevas ediciones de dos festivales de cine palmeros nacidos al socaire del Festivalito como son Tiempo Sur y Tazacortos. La mañana se cerró con la participación de Gisela Cuevas, representante de la plataforma Nuevos Realizadores.

Proyecciones

La jornada vespertina se dedicó a la proyección de cine en la Casa de la Cultura de El Paso. El primer pase correspondió a los cortometrajes.

En “Heurtebise” la cámara se pone al servicio de la habilidad de Octavio Guerra y Elisa Torres para generar estructuras de ficción en historias extraídas de la realidad. La idea principal es mostrar el ciclo de la vida y la muerte en una misma familia. El resultado es un trabajo visual y documental equilibrado,  cocinado a fuego muy lento (cuatro años), con unos planos muy cuidados, y un ritmo propio que envuelve al espectador. Éric Rohmer y Kim Ki-duk me vienen a la memoria.

“Anatomía”, de Emma Álvarez, no merece más que el calificativo de anecdótico. Que pase el siguiente: “Chicago”, de Matías Bize, ofrece una catarsis emocional a través de la música. El creador de la aclamada “En la cama”, ofrece una pieza que destaca en su aspecto musical, pero cojea en su lado emocional.

Por su parte, “Migrar la mirada”, de Sonia Hakansson y Pablo Vilas, es un necesario documental que reivindica los derechos de las personas migrantes y que invita a reflexionar sobre cómo acogemos a esto seres humanos. El contrapunto lo puso “La lavadora”, de Diane Malherbe, que a través del sentido del humor se sumerge en el poliamor (algo que ya hacían los jipis en los 60). Hilarante.

Luego, vino el turno del largometraje “Ecos”, de Tommy Llorens. Una película nacida en el Festivalito, rodada en La Palma y protagonizada por un elenco de intérpretes muy populares por estos lares (Nieves Bravo, Javier Peña, Ruth Armas, Ken Appledorn, Lorenza Machín o Lamberto Guerra). Una película de guerrilla sufragada del bolsillo del propio Llorens que se sustenta en encuentros y desencuentros, en amor y desamor. Sus fotogramas desprenden emoción a flor de piel. El espectador que no llore viéndola no es humano. Sentido aplauso final del público que llenaba las butacas del cine.

Fotograma de «Ecos», de Tommy Llorens

La siguiente proyección: “M-Hole”, de Ian Margo, supuso un abrupto contraste. Esta pieza de videocreación experimental, que pretende narrar las nefastas consecuencias de adentrarse en el agujero de las drogas, deja a uno estupefacto, en el peor sentido de la expresión. Así es el cine, a veces te emociona, y a veces te deja indiferente.

La jornada se cerró con un variopinto “making off” de la descacharrante “Apocalipsis Voodoo”, de Vasni J. Ramos,  una curiosa cinta canaria, que mezcla zombis, kung-fu y mucho desparpajo, que se ha convertido en un pequeño fenómeno de masas fuera de nuestras fronteras. Ahí queda eso.